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jueves, 8 de julio de 2021

Sueños

Dicen que los sueños, son el reflejo de lo que nuestro corazón anhela, algunos tienen sueños predictivos. Los míos siempre son una mezcla de locura e imposibles, pero a veces son tan detallados, que despierto con esa sensación de haberlo vivido.

Miraba por la ventana los grandes edificio de esa gran ciudad, admiraba el panorama pero sólo me concentraba en la hora del celular, estaba ansiosa por llegar, el taxi del hotel al fin se detiene, me indica que llegamos señalándome el lugar. Bajo del auto y mientras espero que cambie la luz del semáforo para cruzar la calle, detallo la vista que tengo frente a mí, es un café muy hermoso estilo francés, con mesas y sillas al aire libre y pequeños tolditos simulando sombrillas, estoy ansiosa y muy emocionada, pero no veo a nadie esperándome, miro el celular y aún faltan 30 minutos, cosa rara en mí, llegué antes, ha de ser la emoción, llevamos tanto tiempo imaginando éste encuentro que no quise perderme nada, ni arriesgarme a llegar tarde. Cruzo y me dirijo al café, realmente es hermoso, me encanta el detalle de las sillas, un mesero se acerca a mí y le digo que espero a alguien, pero me sobra el tiempo para ir un momento a esa librería que alcancé a ver antes de cruzar la calle, está a un local del café. Entro en la librería, es muy hermosa, me encantan las librerías desde que era una niña, envió dos mensajes avisando que ya llegué, y me distraigo entre cada título que observo en su mayoría en ese idioma que poco entiendo, por fin logro ver algo que me gusta mucho y está en español, mi celular vibra avisándome que han entrado dos mensajes simultáneamente, " Voy llegando " , "Estoy cerca", aún quedan diez minutos, pero me apresuro a tomar lo que quiero y voy a caja a cancelar, delante de mí se encuentra un señor con muchos libros, no paro de ver mi celular, al fin llega mi turno, cancelo y salgo de la librería, camino hacia el café, y allí las veo, mi corazón palpita como si quisiera salirse de mi pecho y mi mirada brilla con perlas en mis pupilas, estoy tan emocionada cómo un chiquilla, no puedo creer que esté sucediendo, y que podamos vernos y tomarnos ese café que tanto nos ofrecimos y darnos ese fuerte abrazo que tantas veces a distancias, nos dimos con el alma. Acelero mi paso, veo que con ellas hay un mesero de espaldas a mí, imagino que dándoles la bienvenida, las chicas me ven acercándome y sacuden sus manos mencionado mi nombre "Haris", "Aquí Haris", cuando estoy a pocos centímetros de llegar a la mesa, el mesero se hace a un lado y justo en ese momento detengo mis pasos, otra persona acompaña a las chicas, su cabello me advierte de quién se trata, el mar de emociones se incrementa y apodera de mi cuerpo dejándome inmóvil, las chicas hacen silencio y sonríen con aires de complicidad, mis ojos se humedecen, mis manos tiemblan de miedo, mi corazón pareciera se detuvo todo en una fracción de segundos, esa persona voltea hacia mí diciendo "hola Haris". Y fue en ese inoportuno momento y por segunda vez, que despierto con esa sensación en el pecho, deseando otra realidad y no un sueño.

HB Jul-2019
@Simplemente yo en letras

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