Aun duele

Deseaba con toda el alma que estuvieras bien, se juntaron todos mis miedos y el tuyo también lo abracé, quería desaparecerlos con tal afán, que me causaban mayores temores, el temor de perderte, de que un día abrazaras la idea de irte, esa idea que tanto rondaba en tu mente, y al final te abrazaras a la muerte.

Pero comencé a darle un alto a mis miedos, a todos mis temores, a los que ya se convertían en pánico, y lo sé por el temblor y el sudor de mis manos y esa sensación que recorría mis venas, no sabes la lucha que llevaba interiormente, sólo mis luchas externas conocías, esas que en algún momento te dije y todos sabían.

Pero esa batalla interna, no de esa nadie sabía, esa batalla con el miedo, con los pensamientos tristes, con los abandonos a cuesta, con las ganas de morir, con los recuerdos del pasado, esos no los dije, pero sí,  yo también quería desaparecer, y que esos ataques de ansiedad en los que no podía respirar, hicieran el trabajo por mí.

Pero comencé autocastigarme por pensar así, batallaba intensamente contra mí, porque si amo la vida, cómo era que ya no quería vivir. Me alejaba aunque no lo pareciera, ahogaba todo eso que sentía, no iba a tu puerta a decírtelo, porque conocía bien tu lucha, y no quería llevarte más cargas, intentaba sonreír, intentaba avanzar y vencer esas malditas sensaciones que me atormentaban, iba solo a saludar y sólo recibía tu saludo de vuelta.

No te diste cuenta, nadie se dio cuenta que mis noches eran negras y ruidosas, y mis días eran un largo día en el que debía lidiar con otras personas y con una rutina. Me alejaba de todo y de todos, porque así soy, no ruego por atención a nadie, el que se quiera quedar que se quede y al que se quiere ir le abro la puerta para que se vaya y ten por seguro que aunque ahogue nudos en mi garganta no me han visto nunca una lágrima.

Contigo fue la excepción, porqué, pues no sé, será el miedo que sentía a que te sucediera algo, no lo sé, ya que es el mismo cariño inmenso que siento por otras personas, pero nunca le escribí tanto a una persona o por lo menos nunca se los envié, sólo eran parte de un desahogo, nunca busqué a nadie después de que se fueron aunque me calarán en los huesos, por el contrario me alejo al sentir que las cosas no andan bien, si ya no encajan ni son mutuos los sentimientos. Y eso intentaba hacer de a poquito, intentaba calmar mis ansias, intentaba calmar mis miedos, intentaba calmar esa necesidad de tenerlos, intentaba volver a ser yo,  pero no me diste oportunidad, me sacaste a patadas, antes de sanar las heridas, y fue así como se hicieron más grandes y profundas, y aún duelen.

Agosto 2019