No perdí, gané.

No te valore, no te cuidé
cuantas cosas me hiciste creer
tus maltrato, tu indiferencia
y todas tus noches de ausencia.

Tus gritos, y mal humor
generaban también los míos
entre llantos y suspiros
callaba siempre mi dolor.

Que cobardía la mía
ahogarme en lo que sentía
esa triste agonía
pero aún así te quería.

Creí no merecerte
por todo lo que decías
me juzgué y me odié
al ver que te perdía.

Dejé de quererme
en mi afán de retenerte
igual te marchaste
me heriste a muerte.

Tardé en comprender
que eras tú el que perdía
yo no era la culpable
yo siempre fui la víctima.

Ahora en mi soledad
pude reconocer
que también se gana
cuando se aprende a perder.

Harisbel 28-03-2017.