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Como el vaivén de las olas, tus huellas en mi piel.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Yo te Amé.

No voy a cometer el error, de decir, que nadie te amado tanto como yo a ti, o que no te encontrarás a alguien que te ame más que yo. Puedo hoy detenerme a pensar si quiera que fui en tu vida, y es triste pensar que fui ese amuleto que usaste para transferir tu suerte, tus tristezas, tu oscura negación. Cuando en un principio mi sonrisa y mirada brillaban mas que el sol, luego de darme falsas alegrías, me cambiaste de color, ese frío y denso gris, ese el mismo color que yo traté de cambiar en ti.

Te amé, te amé como nunca había amado, te amé con lo bueno y con lo malo, me aferre a tu amor y a tus caricias, me enamore como un niño con carencia de cariño, me entregué a tu disposición cuanto quisiste hacer de mí, lo disfruté cada día, cada noche, cada beso un derroche,  cada palabra, cada juego,  las caricias como fuego, tus locuras, tus inventos, tus susurros y los besos en mi cuello, cada recorrido de mi cuerpo, los estallidos en silencio, todo, todo de ti aún recuerdo. 

No puedo decir que fueron años perdidos, porque en ese tiempo pude conocer más de mí, me enseñaste tanto que parecía una aprendiz, como si nunca antes me hubiese sentido así. Es que sólo escucharte era un deleite de sensaciones que invadía mi cuerpo deseando tu presencia, anhelando tu llegada, donde se fundiera en uno sólo nuestros cuerpos ansiosos por conseguirse.

Mi corazón hacía fiesta cada vez que te escuchaba, era difícil contener las ganas, el deseo de tenerte de nuevo una noche más entre mis sábanas, sólo tu sabías avivar la llama, con tan sólo oír tus palabras.

Mágicas noches y madrugadas, me sentí la más deseada, algunas veces solitaria en mi recámara, y otras tantas amanecía  en tu almohada, tus caricias y besos por doquier, me llenaban de gozo y esa mirada tuya cuando me hacías estallar de placer, me dabas el tiempo que toda mujer debe tener, y siempre dispuesto a complacerme, me hacías sentir mujer, una mujer apasionada, una mujer enamorada de las locuras y las danzas, las duchas compartidas, las arremetidas en la cama y tu juego de palabras y tus caricias bajas.

Uff! como evitar recordar, como lograr olvidarte, aunque estés tan lejos, aunque fui yo quien dijo adiós, aunque todo fue un juego para voz.

HB 13-03-17

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