Son las dos de la mañana
y tu recuerdo llama en mi ventana
entre éstas frías sabanas
se ahogan las ganas.
Ganas de sentir tu piel
con ese sabor a miel
que endulzaba mi días
con hermosas melodías.
Melodías para el alma
que guardaban la calma
de ese arrebatado amor
que se fundía en calor.
Calor vivaz y ardiente,
un fuego envolvente
que sólo tú me brindabas
cuando ayer me amabas.
Amabas mis besos
ahora son solo versos
amor tan grande como el cielo
y tan pequeño como un pañuelo.
Pañuelo que guarda lágrimas
de las inconclusas rimas
y el poema que ya no existe
que se vistieron de un gris triste.
Triste y fría despedida
de ese amor, de esa vida,
son las dos de la mañana
y tu recuerdo llama en mi ventana.
HB 06-04-19
@Simplemente yo en letras
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