Viejos pasajes

No es difícil entender las razones de tu partida, imagino que fue por eso de lo que llamamos solidaridad entre amigas, pues no existe ningún otro motivo, nunca te hice daño, creo por el contrario, siempre extendí mis manos, era tan agradable tu compañía, desde un principio hubo simpatía...

Dolió darme cuenta de que ya mis comentarios no respondías, tardé en darme cuenta, por el dolor que su ausencia me consumía, pero tu indiferencia se sintió tan fría, que cala en mi alma todavía.

Lloré, pero no fui corriendo a llorar tras tu ventana, ya esa escena la había vivido en otra película, o tal vez es parte de la misma.

Sólo me alejé de todo en silencio, ahogando lo mal que me sentía, si tú también te ibas, es porque simplemente a nadie merecía tener en mi vida.

Intenté acercarme, pero los saludos no fueron recíprocos, en días de cumpleaños no hubo respuestas, el silencio tras tu ventana abierta, se sentía tan vacía, aún sabiendo que allí estás, duele mucho, creeme que dueles igual.

Los días transcurrían, y preferí no buscar compañía, siguiendo el consejo que recibí un día, es mejor caminar sólo para no llorar despedidas, así poco a poco la soledad se adueñó de todos mis pensamientos, y mi alma se convirtió en miles de partículas pérdidas, decidí ésta vez salir de pie, que seguir raspándome las rodillas, estrujando aún más mis heridas, implorando regresos que no regresarían.

Hoy pensaba en todo eso, hoy me ataca el sentir atorado en mi pecho, escribo páginas plasmando lo que siento, aunque sé que no leerás éstas líneas.

Aún así, siempre estarán en ese lugar especial que ocupan en mi alma, lamento no ocupar el mismo sitio en sus vidas.

Simplemente yo en letras
03-12-19