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Como el vaivén de las olas, tus huellas en mi piel.

martes, 16 de octubre de 2018

Donde le lleve el viento.

El ave desde su nido aprendió a volar, con muchos temores y miedos, de que sus alas, la debida altura ni pudieran alcanzar.

El ave siempre junto a su grupo salía a volar, y con ellos siempre la tormenta enfrentar.

El ave aún siendo un pichón, otro nido tuvo que formar, pero no escogió un buen lugar, y con el tiempo lo debió abandonar, cuando otras aves lo quisieron derribar.

El ave quería volar y volar, y otras cimas logró llegar, se esforzaba tanto en su vuelo, que no le importó sus alas lastimar, nunca se cansaba de luchar y los miedos superar.

Volaba en contra de las fuertes corrientes, vientos huracanados, heladas tormentas, volaba en cielos obscuros y grises, nubarrones y densas tinieblas.

Aleteando siempre para no irse a la deriva, así eran siempre sus noches y días.

Pero de repente se rindió, su fuerza y valentía olvidó, dejando de luchar en contra de los tornados y ciclones que le abatían, y en su propio vuelo se perdió.

Ninguna ave volaba cerca de su cielo, nadie le vería si caía muerto al suelo.

Decidió planear sin mover sus alas, y que fuera el viento quien lo elevara, ya no cantaba, ya no volaba, ya nada importaba.

Sólo observaba desde lejos en silencio, ya no le interesaba su destino, sólo esperaba que el tiempo y el cielo lo aguardaran.

HB 09-11-17
@Simplemente Yo En Letras

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